El regreso a clases en Panamá ha encendido las alarmas sobre el creciente problema del acoso escolar.
En solo 12 horas del primer día del año lectivo, la Organización Global de Prevención ante el Bullying registró 182 denuncias de agresión en las aulas, una cifra que deja en evidencia la urgencia de atender esta problemática.
Víctor Smoly, director de la organización, advirtió que en cada escuela del país al menos dos niños están en riesgo de suicidio debido al acoso. La violencia no solo proviene de otros compañeros, sino también de docentes, quienes fueron señalados en el 32% de las denuncias.
El daño psicológico en las víctimas puede ser irreversible, afectando su autoestima, rendimiento académico y bienestar emocional.
Smoly reiteró la necesidad de una intervención urgente por parte del Estado y exhortó al presidente José Raúl Mulino a convertir la lucha contra el acoso escolar en una política nacional con metas claras de reducción de casos.
El informe de la organización también señala que las escuelas privadas presentan niveles más altos de bullying violento, mientras que en el sector público, las provincias de Panamá Oeste, Chiriquí, Colón y el distrito de San Miguelito registran los índices más elevados de acoso.
Además del entorno escolar, Smoly destacó la importancia de la educación en el hogar. «Los niños están creciendo sin valores, sin amor y sin orientación. Los padres deben asumir un rol más activo en la formación de sus hijos, inculcando principios de empatía y respeto», subrayó.