Conferencia Episcopal se pronuncia sobre migración, minería y seguridad

La Conferencia Episcopal Panameña sostuvo su primera Asamblea Anual Ordinaria, donde se analizaron diversos temas que aparecen contenidos en un reciente pronunciamiento.

Entre los temas abordaron se encuentran la migración irregular, la minería, la seguridad, los subsidios y sobre el ambiente preelectoral.

Durante su pronunciamiento, los Obispos panameños señalaron preocupación por la exposición a la trata humana a la que están los migrantes irregulares.

«En enero de 2022 fue de 5 mil, y en enero de 2023, ha llegado a 30 mil personas, de los cuales el 20% son niños, quienes están expuestos a la trata humana y las condiciones inhóspitas de la selva del Darién”, destacaron.

La Conferencia Episcopal hizo además referencia a las medidas restrictivas adoptados por el gobierno de Estados Unidos, que ha acarreado otros situaciones como el incremento de personas en las calles y el hecho que muchos migrantes decidan quedarse en el país.

“Estamos llamados todos, especialmente los cristianos a acoger, proteger, asistir e integrar a los migrantes y refugiados, quienes nos necesitan en estas circunstancias tan difíciles de sus vidas”, argumentan los obispos.

También mostraron su preocupación ante el futuro de las comunidades y pueblos donde se desarrolla la extracción minera, cuyos efectos son nocivos para la vida humana y la ecología.

“Alertamos a las autoridades que toda gestión o convenio con las empresas mineras debe tener como base el respeto al ordenamiento legal en esta materia, a la justicia social, la protección al medio ambiente y la consulta ciudadana de todos los sectores involucrados, para garantizar un desarrollo sostenible, que no ponga en peligro ni a las personas, ni nuestros recursos naturales”, enuncian.

“No hay dinero en el mundo que pueda compensar el daño que la extracción minera puede causar a corto, mediano y largo plazo, pero podemos asegurar que tenga el menor impacto posible si nos apegamos a los procesos legales existentes”, advierten.

Con respecto al aumento de la violencia, de los asesinatos desgarradores y el empoderamiento del crimen organizado, indican que estos problemas “tienen en permanente tensión a comunidades enteras y la sociedad panameña está alarmada, pero no podemos paralizarnos por el miedo sino unirnos como sociedad para combatir las raíces de esta problemática como son la pobreza, la corrupción, la desintegración familiar y la falta de oportunidades para una vida digna”.

Mientras que sobre los aires preelectorales declaran que la sociedad debe “hacer un alto para reflexionar y reconocer las causas profundas de nuestros males sociales, sin dejar de mirar las grandes potencialidades que tenemos para progresar unidos”.

Al mismo tiempo, exponen que ven con gran preocupación el alto costo de los alimentos, medicinas y el alza de la energía eléctrica, lo cual “condena al pueblo a sobrevivir en condiciones de pobreza y sin la dignidad propia de la persona humana”.

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