El diputado Luis Eduardo Camacho, con un historial político tan flexible como su discurso, ha decidido ahora enfilar sus baterías contra los medios de comunicación.
Aunque la Constitución asegura que no habrá fueros ni privilegios, los diputados están blindados legalmente por las opiniones y votos que emitan en funciones.
Camacho aboga por que los periodistas puedan ser demandados penalmente por «difamación». Claro, el debate aquí es ¿qué es difamar y, sobre todo, quién lo decide? Denunciar la corrupción, ¿podría ser considerado difamatorio bajo su criterio?
#InformatPanamá Diputado de Luis Eduardo Camacho aboga por que los periodistas puedan ser demandados penalmente por difamación. pic.twitter.com/YnMDGs1GdJ
— Informa T Panamá (@informatpanama) October 9, 2024
Curiosamente, este nuevo enfoque sobre la libertad de expresión parece alinearse con los frecuentes viajes del diputado a la Embajada de Nicaragua, país que ha hecho de la represión a la prensa su marca de fábrica.
Irónicamente, Camacho asegura que sus principios no cambiarán «ni hoy, ni mañana, ni en el futuro.» Pero es difícil no levantar una ceja cuando lo dice alguien que ha pasado por el abanico político desde la Democracia Cristiana, al Panameñismo, Cambio Democrático y ahora Realizando Metas. Tal vez su verdadera constante no sean los principios, sino la conveniencia política del momento.