La diputada Patsy Lee, que ganó su curul por medio del Partido Popular (PP) en las pasadas elecciones, enfrenta serios cuestionamientos dentro de su despacho en la Asamblea Nacional de Panamá.
Según señalamientos de excolaboradores y miembros de su equipo, la rotación de personal y la falta de organización han marcado su gestión, creando un ambiente laboral inestable y de frustración.
Desde julio, cuatro personas han sido despedidas y otras cuatro han renunciado, en un patrón que refleja falta de dirección y planificación estratégica en su equipo de trabajo.
A pesar de sus funciones legislativas, Lee solo ha presentado un anteproyecto en los últimos meses, el cual es casi idéntico a uno previamente propuesto por otra diputada, con apenas ligeras modificaciones.
En cuanto a la gestión de personal, algunos cargos en su equipo están ocupados por personas con vínculos familiares, como el conductor, que es el esposo de la hija del suplente, y el jefe de despacho, hijo de un exsuplente fallecido.
Estos nombramientos generan suspicacia entre sus colaboradores, quienes también señalan que los líderes comunitarios asignados en áreas como La Chorrera apenas realizan sus funciones, limitándose a pasar lista.
La diputada ha mostrado dificultades en sus intervenciones públicas, necesitando discursos escritos y evitando entrevistas con los medios por temor a cometer errores o mostrarse insegura.
Esta situación genera dudas sobre la efectividad de su liderazgo y su capacidad para representar de manera adecuada a su electorado.