Giselle Burillo vuelve a dar de qué hablar. Aunque sigue militando en Cambio Democrático (CD), ha demostrado una fidelidad inquebrantable a Ricardo Martinelli y su partido, Realizando Metas (RM), dejando claro que su lealtad tiene un solo dueño.
Como si fuera poco, también ocupa un escaño en el Parlacén bajo la bandera de RM, a pesar de que oficialmente sigue siendo de CD.
Esta mañana, Burillo no dudó en cuestionar la «deslealtad» de Yanibel Ábrego, una figura que busca el control de Cambio Democrático en las elecciones internas de octubre, desafiando a Roberto Henríquez. De acuerdo a Burillo, Martinelli le pidió a Ábrego que no corriera por la presidencia del CD, pero esta no le hizo caso.
En un ejercicio de contradicciones, Burillo parece estar más preocupada por la «traición» de Ábrego que por el propio caos interno de su partido, o su propia doble militancia.
Lo que resulta irónico, por no decir cínico, es cómo Burillo hace malabares con sus compromisos políticos. Criticar la deslealtad de otros mientras mantiene un pie en CD y el otro en RM es digno de una telenovela política.
Con las elecciones internas a la vuelta de la esquina la batalla en CD promete ser una carnicería.