Un documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (CDF) firmado por el Prefecto Víctor Fernández y aprobado por el papa Francisco en la audiencia del 31 de octubre expresó que las personas transexuales, incluso si han sido sometidas a un tratamiento hormonal o a una cirugía de reasignación de sexo, pueden recibir el bautismo y ser padrinos de bodas «si no existen situaciones en las que exista riesgo de generar escándalo público o desorientación entre los fieles».
También se expresó que los hijos de parejas homosexuales pueden ser bautizados incluso si nacen de vientres de alquiler, siempre que exista una esperanza fundada de que serán educados en la fe católica.
Esta decisión es una muestra más del aperturismo que está realizando el Vaticano desde la llegada del papa Francisco. «El bautismo es la puerta que permite a Cristo establecerse en la persona y la Iglesia no es una aduana sino una casa paterna donde hay lugar para todos», señaló el texto.